miércoles, 25 de febrero de 2009

a sevilla? y por que, ah?

  1. porque cuando uno vive bajo un metro de nieve y no ve el sol hace semanas, dieciocho grados/despejado equivale al dia mas largo y caluroso de un verano en colán.
  2. porque es obligatorio levantarse a las cinco de la mañana, para cabecear tres horas en autobús, si lo que se quiere es llegar a la Alhambra antes que los (demás) turistas.
  3. porque es imprescindible comprobar si es cierto que la lubina salvaje que sirven en el Abantal es tan espectacular como dicen los que saben comer rico.
  4. porque es necesarísimo apachurrarse en el patio de un antiguo palacete sefardí, para observar como manuela rios y juan ogalla se entregan, se apartan, se entrelazan, sudan y zapatean; y comprender de una vez por todas de qué se trata aquello que los gitanos llaman el "duende".
  5. porque es imperativo probar vinos nuevos en algun bar del barrio de Santa Cruz, hasta que la noche y el calor obliguen a que la marcha se convierta en flamenco.
  6. porque es preciso ir a una corrida de toros en la Maestranza, en particular si en el cartel figura alguno de los guapos (ricos y apretaditos) hermanos Rivera-Ordoñez.
  7. porque es imperdonable no empacharse alguna vez en el Becerrita, con un tapeo de ibérico de bellota, calamares fritos y pulpito a la parrilla.
  8. porque es mandatorio huir a prisa de las gitanas de la catedral, especialmente si amenazan con leerte la fortuna con una baraja manoseada e incompleta.
  9. porque es inevitable que en algun momento de nuestra vida alguien nos convenza de hacer cola en la heladeria Rayas, para probar a que sabe exactamente un helado de gazpacho.
  10. porque la chica diez y su chico adorado, merecen venir al sur de vez en cuando.

viernes, 20 de febrero de 2009

lo peor de mi.

  1. me encanta comer, pero me gusta más estar flaca. acerca de este tema, he escrito y conversado tanto, que sería ocioso volver a enumerar las tantas ramificaciones de mi desorden alimenticio, (empezando por mi gusto por hacer listas), y sus muchas secuelas. solo puedo decir que pocos placeres se igualan al de una mujer que, tras subirse a la balanza, logra comprobar que su cuerpo sigue siendo capaz de desafiar los efectos del metabolismo, el paso del tiempo y las ineludibles escapadas de fin de semana. a la vez, daría lo que sea por ser capaz de probar algo rico sin al mismo tiempo pensar cuanto engordará, o cuanto me tendré que castigar en el gym para quemarlo. comer sin pensar. tan sencillo y a la vez tan imposible para la chica diez.
  2. soy un poco tontuela. al final de mi adolescencia, me gane una injustificada fama de burra, etiqueta que me acompañó a lo largo de mi carrera universitaria -incluyendo años de notas relativamente buenas, un modestísimo premio literario y un diploma cum laude- y me siguió hasta mi primer trabajo, en donde tuve que exigirme el doble para demostrar que, bueno, tal vez no soy TAN bruta. soy despistada para las fechas y los nombres, soy pésima para los números y alguna vez afirmé que 2+2 era cinco, todo eso es verdad. pero creo que lo que más me marcó fue esa compañera del cole, que dijo que yo ni cagando iba a ingresar a la universidad porque era demasiado tonta. ahora pienso que fue pura maldad, pero es difícil no recordarlo cuando a veces me visto apresuradamente y después de un rato siento algo raro en los pies, y descubro que… oh no, me puse los zapatos al revés, por ejemplo.
  3. odio mis pecas. hace varios años, una malvada anónima se metió a mi facebook (en esa época Hi5) y se dedicó a comentar con crueldad las fotos que había colgado. se burló de mi pelo, de mi ropa y de mis amigas, pero se ensañó en particular con mi cara, y en todas las fotos, con expresiones groserísimas, me decía que le daban asco las manchas que tenia en la piel. yo siempre las había llamado pecas, y estaba acostumbrada a verlas, no solo en mis pómulos y mi nariz, sino también en el escote y los hombros. sin embargo, el día en que leí que a alguien le daba asco mi cara, me quede encerrada en el piso y no fui a trabajar. no tenia valor para salir y asustar a la gente con mis horribles manchas. al día siguiente, me fui al corte inglés y me gaste medio sueldo en cremas. el resto es historia.
  4. quiero boobies talla XL. a veces siento que el mundo está poblado por chicas de siliconas redondeadas y nipples que permanentemente apuntan en dirección “norte”. de niña, me impacientaba por que las mías crecieran pronto, para llamar al atención de los chicos que me gustaban. luego crecieron literalmente de un día para otro, y las odié porque el cambió fue tan brusco que sentí como si a media noche alguien me hubiese cosido dos bolas de bowling al cuerpo. no eran mías. se sentían inmensas. después, todo se acomodó y mis dollies se redujeron a dimensiones discretas. ahora, no puedo bajar dos kilos porque las pobres desaparecen. justo ahora, cuando mi máxima fantasía consiste en ser una amazona de copa C y medidas vedettescas.
  5. soy un topo. uso lentes de contacto desde los ocho años, gracias a que la miss elsa descubrió que no podía ver bien la pizarra justo un mes antes de la primera comunión, y a mi mami casi le da un infarto porque las fotos iban a salir horribles si yo salía con anteojos (sic). diez años después, me opere con láser, pero la promesa de la visión 20/20 no se cumplió, así que volví a los lentes de contacto. no tienen idea de cómo me gustaría saber lo que se siente despertarse por las mañanas y …VER! o poder abrir los ojos debajo del agua. o no tener que volver a pasar por las humillantes visitas al oculista, y leer en voz alta la detestable tablita de letras, para admitir mi derrota cuando no puedo distinguir la O del 8 en la última línea, esa línea de letras pequeñitas que mi hermana menor puede leer con absoluta nitidez.
  6. soy re-torpe. todos los días me tropiezo conmigo misma un par de veces. pierdo el equilibrio con facilidad, me choco con las paredes, se me caen las cosas, en fin. a pesar de mi escasa capacidad motora, y porque además de torpe soy creída, cuando camino (y especialmente si voy bien vestida), me gusta imaginarme que soy audrey hepburn, e intento moverme con la gracia y agilidad de una gacela. invariablemente, apenas agarro confianza y la cosa empieza a salirme bien (muy femenina, muy audrey, muy NY fashion week), PLAF, de culo al piso.
  7. me preocupa no tener hijos. es raro, pero a mi edad, la mitad de chicas que conozco, son mamás. yo adoro a los niños, y creo que seré una madre genial, pero no los tengo. me da miedo empezar a intentarlo cuando sea demasiado tarde, o acomodarme tanto con I, a nuestra despreocupada vida de adultos (sin bebés ni mascotas), que al final se nos pase el momento. lo cierto es que cada vez me da más flojera.
  8. tengo fear of the ball. no se como traducir esto. tal vez algo tipo “pánico a los deportes con pelota”. se me paran los pelos de punta cuando veo que un futbolista ataja el balón con una “cabecita”. me parece suicida estar parado delante de Pau Gasol cuando éste lanza una canasta. estoy segura de que la Sharapova, grita tanto porque esta aterrada y quiere que el set termine de una vez. considero que Gaby Pérez del Solar y Cecilia Tait sufren una autodestructiva adicción al peligro. en el colegio, mi misión durante la clase de educación física consistía en evitar que un pelotazo en la cara destruya mis más preciados atributos: mi nariz y mis dientes. en los recreos, era capaz de esconderme con tal de no ser invitada a participar de juegos criminales como “mata-gente” o “siete pecados”. con el tiempo me dejaron de invitar.
  9. soy casi autista. no me gusta hablar con extraños. si salgo a bailar, prefiero hacerlo sola. me agobian las reuniones sociales. en general, me cuesta enormemente tener que salir de mi burbuja para enfrentarme al mundo real, y convivir, como todo el mundo, con amigos, familiares, colegas de la chamba, e incluso con mi adorado y precioso I. confieso que la mayoría del tiempo, me irrita oír la señal que indica que he recibido un mensaje de texto. los pocos amigos que tengo, lo son porque saben que para encontrarme, tienen que joderme, llamarme, perseguirme un poco. (por eso los quiero tanto).
  10. mi trabajo es una broma. no me explayaré, pero creo que si realmente me pusiera las pilas, podría terminar mis obligaciones diarias en menos de tres horas. sin embargo, trabajo a tiempo completo, y a veces por andar haciendo la pelota, salgo estresadísima de la oficina, a las ocho de la noche. mis trainees creen que soy workaholic. mi padre cree que tengo un puesto importantísimo. yo creo que mi trabajo es demasiado fácil. y sospecho que por eso abrí este blog.

lunes, 9 de febrero de 2009

diez tips de oro para tu matri.

  1. MUERTE a los showers! este invento de los años 60, que consiste en “invitar” a las amigas y primas/tías de la novia a una especie de mega-lonche sobrevalorado, para el cual cada “invitada” debe poner mínimo $30, ir a la pelu y ponerse ropa rara, NECESITA desaparecer. es una conchudez, especialmente porque muchas novias “invitan” a su shower a gente que no está invitada a la recepción, con lo cual el mensaje es “not good enough for the party, but I still need your cash”. dos palabras: de terror!
  2. CERO con las despedidas de soltera temáticas. especialmente cuando el tema central de la decoración es “la piñata en forma de pichula” y el juego central es “ponle la pichula al muñeco”. dios. cuantos años tenemos? catorce? a alguien aun le parecen novedosas esas bromas? por cierto, si lo que quieres es deslumbrar a la sociedad limeña con lo cool que es tu grupete de ñañas, necesitas pensar en algo mas original que disfrazarte con todas tus amiguitas para hacer una aparición triunfal en Aura, ya que lo mas probable es que te encuentres con otros diez grupos de chicas, igualmente borrachas e igualmente caracterizadas de porristas (hadas/jugadoras de fútbol/enfermeras). aquí aprovecho para agradecer a mis ladies por mi fantástica despedida de soltera con caritas pintadas, jelly shots y bailongo en el dragón, y de verdad, de verdad, les agradezco que hayan respetado mi honor y al mismo tiempo me hayan regalado una de las noches más divertidas, ever. por cierto, si la Rivasplata tiene honor, yo que tendré… el premio Príncipe de Asturias al honor? el Golden Globe del honor?). just wondering.
  3. no invites a gente que no manyas, a menos que REALMENTE tengas 500 amigos íntimos. no invites a nadie “por cumplir”, ni porque “tienes que invitarlo, sino se resiente”. paradójicamente ese tipo de invitados (el colega equis de tu ex-chamba, a quien le pasaste la voz para quedar bien, la hija de la amiga de tu mami, la tía lejana que viste por ultima vez en 1984), son los primeros en llegar, los últimos en irse, y los que mas salen en el video.
  4. escoge tu atuendo considerando que, por cojones, estás obligado a llevarlo puesto hasta las últimas consecuencias. esto va para las novias que a media recepción aparecen con otro vestido (wtf, es tu matri! eres el centro de la atención, tus amigas quieren hacer una rondita a tu alrededor sujetándote la falda, por que shit te sacas el vestido de novia? o acaso es alquilado?), las que se cambian de zapatos (si ya has llegado a la edad correcta para casarte, seguramente también eres lo suficientemente grandecita como para durar una noche bailando en tacos!), los novios descamisados. aguanten chicos, aunque sea hasta las cuatro de la mañana!
  5. NO a los clichés “nupciales”. NO a llevar tus anillos en un cojincito de satín. NO a que los novios brinden con copas decoradas con blondas y perlitas (obviously también NO a brindar huachafamente cruzando/entrelazando las manos para que cada uno tome de la copa del otro). NO a cortar la torta con un cuchillo decorado con un moño rococó de cinta blanca. NO a la torta en caja. NO a los recuerditos en forma de palomita/jarrita/abanico con rositas de cerámica en frío. simplemente: noooooo!!!!
  6. SI a incorporar elementos nacionales. SI a poner suspiritos limeños y guargüeritos en tu mesa de dulces. SI a comer un rico turrón de doña pepa en lugar de la típica torta de novia. SI a pedirle a tu DJ que ponga “el arbolito”. SI a que el vestido y accesorios de la novia sean hechos por artesanos peruanos. SI al huayno, al alcatraz, a la cumbia. SI a la chicha morada. SI a las cucharitas de ceviche, aunque sea de noche. SI a los martinis de pisco. SI al aguadito. SI a casarte en Ancón, si es ahí donde conociste a tu novio, SI a irte de luna de miel a Pozuzo, si es ahí donde te enamoraste.
  7. NO al cotillón. fue novedosísimo en el 2003, el último grito de la moda en el 2005 y el ingrediente básico de todos los matris en el 2007. hoy en día simplemente está OUT. y es que la gente ya no sabe como darle mas vueltas al concepto del cotillón: hay cotillones futboleros, cotillones de disney, cotillones tornasolados, cotillones de luxe… HELLO! igual siguen siendo globos y gorritos!!! si realmente quieres innovar con tu fucking cotillón, pon un cotillón misio de los ochenta, como cuando papi y mami iban a una fiesta de carnavales y al día siguiente tu jato amanecía regada con matracas de plástico, pica-pica tricolor de mala calidad, gorritos de papel crepé, pitos que sonaban mal, y serpentinas con mensajes arrechones tipo “devórame otra vez, mi reyna” o “esta noche te haré ver las estrellas, mamacita”.
  8. SI a los regalos de matrimonio escogidos con amor. porque se nota cuando un detalle fue elegido, y pensado con cariño. porque ni mi adorado I ni yo, olvidaremos jamás la preciosa pulsera de cami, o los delicados gemelos de plata de la doctora portillo, o el botecito de madera tallado a mano por el humilde Ruben, empleado de mi papi. de la misma manera, recordamos con indiferencia al tío ricachón que obsequió ochocientos cocos en cash, llegó tarde a la iglesia y ni siquiera se tomó la molestia de aparecer en la recepción. porque lo que cuenta es el corazón. en serio.
  9. NO a las ceremonias de “el portaligas” y “el lanzamiento del bouquet de la novia”. porque ambos rituales del mal (si mi blog estuviese en inglés, pondría from hell), están absolutamente OUT (ver punto 7). porque hace como veinte años desde que you can leave your hat on era sexy, y mickey rourke no se había inyectado siete galones de botox en la cara. en cuanto a lanzar el ramo, si yo fuese soltera, lo último que me provocaría sería pararme en medio de un tabladillo para que TODO el matri se gane con que no tengo novio, para después perder mi dignidad en una suerte de revolcón colectivo con mujeres desconocidas y/o desesperadas, sabiendo que en el mejor de los casos, si llego a atrapar el ramo, estaré obligada a wohooo, saltar up and down de felicidad porque “me casoooo! (no importa si ayer terminé con mi noviete de hace cuatro años, o si tengo un sex buddy caleta en la chamba)… igual, yo ME CASOOO!!!”. por cierto, si habías estado gileando con alguien durante ese mismo matri, estate segura que, apenas atrapes el ramo, el galán se habrá hecho humo. (no es tan malo: te habrás ahorrado la vergüenza de, bouquet en mano, tener que lanzarle al incauto una mirada cómplice, que en momentos como ese, no pueden significar otra cosa que mas vale que tengas bien claro el concepto de las cuatro C para elegir mi diamante de compromiso).
  10. SI a disfrutar del gran día. si eres tu quien se casa, relájate y paladea cada fracción de segundo, porque siempre te parecerá que tu matrimonio se pasó demasiado pronto. si quien se casa es tu amigo, recuerda que por algo te ha pedido estar a su lado en un momento tan importante. abrácense, tómense fotos, coman rico, chupen como locos, bailen sin roche, ríanse, lloren, diviértanse, chapen, metan mano, sean felices, celebren el amor, estén orgullosos. estén ahí.

    (y para mi cami, que pronto se casa con su chico: nadie sabe lo feliz que me siento por ti huevona. estaré ahí).

lunes, 2 de febrero de 2009

hell is a city much like London.

  1. londres te obliga a amar y odiar intensamente, en cuestión de segundos; dependiendo de la boca del metro en la que salgas: como una rata inmunda, si es en camden, o como un rockero glorificado, si es en oxford circus. amo londres cuando el clima y la gente me permiten dar paseos largos, grises, pausados, y aborrezco londres cuando me toca apretujarme para subir a un autobús de lunas empañadas, con la promiscuidad de sus olores y la tensa calma de los relojes durante el temido rush tour.
  2. me gusta caminar por hyde park cuando hay ardillas, y los jardines se ven increíblemente verdes, de un verde que es greener than anywhere else, aunque I. diga lo contrario y se burle tanto de mi; pero prefiero huir cuando empieza a oscurecer y las veredas se llenan de roedores y rostros desencajados, intoxicados o con síndrome de abstinencia.
  3. me gusta londres en otoño, cuando las calles de los barrios elegantes se llenan de hojas rojizas, y la gente luce abrigos largos y sombreros de lana. me gusta abrir la puerta y respirar hondo, llenándome los pulmones de humedad y polución y aromas de kebab, curry o galletas de canela. detesto londres en verano, cuando los parques públicos se llenan de cuerpos blancuzcos y rechonchos, que buscan asolearse debajo de la densa nube de vapor que cubre la ciudad. me pregunto como será londres en invierno.
  4. por las noches, me excita ver las primeras luces de neón, el inamovible cartel de sanyo y los colores de las vitrinas de carnaby street; pero me agobian los rebaños de chicas asiáticas, artificialmente adolescentes, fotografiándose altaneras y sin conciencia alguna, sobre las huellas que dejó McCartney en abbey road.
  5. me gusta ir al teatro en londres, especialmente por la sensación de que, al salir, uno mismo también camina sobre un escenario. me engrandece sentir que comparto escena con mick, keith, ronnie y charlie, y que mi compañera de pasarela podría ser twiggy, o incluso kate. al mismo tiempo, me sabe mal caminar tan contenta, tan llena de vida, tan swinging, cerca de la que muy probablemente será la tumba de amy.
  6. estando en londres, me entusiasma la posibilidad de toparme con sienna miller o cristiano ronaldo en la barra de un bar. estando en londres, me aterra la posibilidad de estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado, y morir tontamente en un atentado terrorista, mientras bajo distraídamente del bus rojo, o cuando me quedo dormida en el nuevo terminal de british airways.
  7. admiro profundamente el sistema de transporte londinense, y sueño con que algún día los limeños puedan deslizarse como arañas a lo largo de una red intricada de coloridas líneas de metro, tren y tram, pero inevitablemente la cago a la hora de comprar mis boletos, y termino deshaciéndome en disculpas con alguna uniformada implacable, que no me cree que a mi edad, soy incapaz de distinguir la zona 1 de la 2 y me acusa de sabotear las normas de transporte, sospechando que lo hago por envidia porque vivo en un pueblo donde solo hay vacas y montañas y a lo sumo, catorce rutas de bus.
  8. tengo pocos amigos en londres, pero no los necesito estando tan bien acompañada por viejos conocidos como mary poppins, el paddington bear y la bella eliza doolittle. todo en londres me resulta familiar, excepto cuando descubro a lady di mirándome desde el reflejo de la ultima copa, babeada y marcada con lip gloss, que aun se exhibe macabramente en la lujosa tienda de su casi-suegro (y es que ni siquiera las princesas británicas saben beber sin manchar las copas!).
  9. detesto la frase mind the gap, especialmente cuando la imagino impresa en el calzón de alguna turista mañosa, pero me transmite tranquilidad toparme a cada paso con instrucciones que me recuerdan educadamente que me aleje de las puertas, que cuide mis pertenencias, que no esta permitido fumar. me sobresaltan las órdenes que comienzan con this is a security announcement, pero agradezco en el alma que londres siempre me grite LOOK RIGHT LOOK LEFT al llegar a cada esquina.
  10. me divierte la neurosis organizada; el andar trastornado de las personas-hormiga, siempre apuradas camino al trabajo, camino a casa, camino al pub. juego con la idea de vivir un par de días como ellos, intensa, peligrosamente, pero en el fondo acepto que -ya resignada a la quietud predecible de mi aldea suizo alemana- jamás podría ser parte de la vorágine londinense. esto último se me nota demasiado en la cara: siempre en londres, los taxis tienen a cobrarme demasiado, y cuando voy en tren, soy la ultima en subir al vagón.